CANNES.— Amores perros, la poderosísima película dirigida por Alejandro González Iñárritu en el año 2000, regresó al festival que la vio nacer hace 25 años y que, tras ganar la Semana de la Crítica, la impulsó para convertirse en un fenómeno global.
Esta cinta nos cambió la vida a todos los que la hicimos, pero cambió también muchas cosas en la percepción que se tenía de lo que era el cine mexicano en aquel momento.
No había posibilidad de hacer una película de joven, había sindicatos muy fuertes y tener una carrera como cineasta era casi imposible, además de que era difícil penetrar en los festivales, así es que fue una película que abrió puertas a nosotros, y a mucha gente que vino detrás”, expresó el realizador desde el escenario de la sala Agnès Varda, en el que se encontraba al lado de su protagonista Gael García Bernal y de Thierry Frémaux, delegado artístico del certamen francés.
Es un regalo tener una película que 25 años después siga tocando a gente de nuevas generaciones. Me emociona mucho estar hoy con gente que la vio en el año 2000, pero también rodeado de jóvenes que nunca la han visto en la pantalla grande”.
Notablemente emocionado, El negro, como le dicen su amigos, recordó que en aquel ahora lejano 2000, el presidente del Jurado de la Semana de la Crítica fue el cineasta italiano Bernardo Bertolucci, quien presentaba Novecento, que precisamente cumplía 25 años de su estreno.
Recuerdo que en ese momento me preguntaba qué sentirá un director viendo su película 25 años después, pero era algo que no podía concebir y para lo cual no lograba encontrar una ecuación mental.
Y hoy me encuentro aquí en Cannes, presentando una película 25 años después, con Gael, con Martha Sosa, la productora; y con todo el equipo que no está aquí: Guillermo Arriaga, quien hizo un guion espectacular, la productora Mónica Lozano y todos los actores: Adriana Barraza, Vanessa Bauche, Goya Toledo, en fin, una lista interminable”.
Antes de ceder el micrófono a Gael, González Iñárritu agradeció a su ópera prima por convertirse en “un caballo que corre
solo”.
Le pusimos todo el corazón, todos los intestinos, pero solita está corriendo y evolucionando, hablando de diferente manera, cuestionando ciertas cosas, haciendo preguntas de la naturaleza humana, violenta y frágil, rota, que tenemos la película acerca de eso, de la paternidad, del amor, de la pasión.... Son temas humanos, una exploración humana sin respuestas. Y eso creo que ha mantenido la película flotando.
Entonces, pues es un honor estar en Cannes, es realmente un privilegio. Yo estoy muy agradecido con Thierry Frémaux, quien ha abierto las puertas al cine latinoamericano profunda y pasionalmente. Nos ha abierto la puerta y estamos aquí todos celebrando esta cinta que nos pertenece a todos y a todos los que la hicimos”, concluyó.
Gael simplemente no pudo contener la emoción.
Me prometí que iba a llorar cuando empezara la película y no ahora (durante la presentación), pero no puedo, perdón.
Realmente es mágico. Es profundamente inexplicable de forma cognitiva lo que se siente. Creo que el testamento, la vida que tiene la película es la que demuestra toda esa magia, esa arquitectura que nos compone y me emociona mucho mostrar un cacho de quienes éramos en aquel entonces para siempre, para siempre”, agregó el intérprete, quien recordó a varios actores de la cinta que ya fallecieron, como Emilio Echeverría (El Chivo) o su padre, José Ángel García, quien realizó un pequeño cameo como chofer de un autobús que, al final de la cinta, parte sin Octavio rumbo a Ciudad Juárez.
Quiero nada más agradecer esta oportunidad, pero agradecer específicamente a Alejandro porque me cambiaste la vida, cabrón. ¡Muchas gracias!”, pronunció con la voz entrecortada mientras la sala se inundaba de aplausos y se preparaba para proyectar el filme que cambió para siempre la historia del cine mexicano.
UNA FIESTA EN GRANDE
Pero lo de anoche en Cannes, fue sólo el banderazo de salida para la celebración de Amores perros, que incluye el lanzamiento de dos libros (uno de memorias y otro con el storyboard), el montaje de una instalación que visitará la Ciudad de México, Los Ángeles y Milán, y el reestreno de la cinta remasterizada bajo la distribución
de MUBI.
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