El 4.3% de las inversiones de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) se realizan a través de instrumentos con algún enfoque o etiqueta sostenible, de acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).
A través del documento “Financiamiento Sostenible a través de las Afores”, la Consar explicó que el desarrollo de los mercados financieros ha impulsado la creación de productos de inversión con enfoques sostenibles que tienen la doble función de satisfacer las necesidades de inversionistas y generar impactos positivos en materia ambiental, social y de gobernanza.
En ese contexto, dijo la Consar, la responsabilidad fiduciaria de las Afores es “crucial”, pues deben integrar criterios de responsabilidad en sus procesos de toma de decisiones de inversión, asegurando que dicha práctica no solo genere valor, sino que también contribuya a garantizar un retiro digno para los trabajadores.
En ese sentido, la Consar destacó que el 3.7% de las inversiones de las Afores se realizan a través de bonos de deuda gubernamental y privados con algún enfoque o etiqueta sostenible, con 306,328 millones de pesos invertidos al cierre de noviembre de 2025.
Igualmente, resaltó que las Afores poseen cerca de 39% del total de bonos etiquetados en circulación, con una tenencia promedio del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) de 46 por ciento.
La brecha de género en el total de recursos administrados entre hombres y mujeres en las Afores es de 26%, mientras que en el número de cuentas es de 13%, destacó la Comisión.
Es decir, en las Afores hay 13% más cuentas de ahorro para el retiro de hombres que de mujeres, con 26% más dinero que en las de las mujeres.
A través del documento “El Género en el SAR”, la Consar explicó que la brecha de género se define como las desigualdades persistentes entre hombres y mujeres, que se evidencian en diferencias salariales, una distribución inequitativa de recursos y oportunidades, entre otras problemáticas.
La Comisión explicó que dado que las mujeres tienen una esperanza de vida superior a la de los hombres, en promedio, su periodo de jubilación es más prolongado.
“Por consiguiente, un patrimonio de pensiones reducido se traduce en un riesgo más elevado de pobreza durante la vejez”, agregó.
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