Con el fallecimiento del Papa Francisco, el mundo católico vuelve su mirada hacia Roma, donde pronto se celebrará el cónclave para elegir al próximo pontífice. En este escenario solemne, México estará representado con dos votos clave: el del cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, y el del cardenal José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara.
Ambos son los únicos cardenales mexicanos menores de 80 años, requisito indispensable para participar en la elección del nuevo Papa según las normas del Vaticano. Con ello, México mantiene una presencia activa y con voz en uno de los procesos más importantes para la Iglesia Católica.
Carlos Aguiar Retes es considerado un actor relevante en la línea pastoral impulsada por el Papa Francisco. Su cercanía con el pontífice fallecido y su papel destacado en los debates sobre sinodalidad, uno de los conceptos clave del pontificado de Bergoglio, le dan un perfil respetado dentro del colegio cardenalicio.
Por su parte, José Francisco Robles Ortega, designado cardenal por el Papa Benedicto XVI, ya participó en el cónclave que eligió a Francisco en 2013, lo que le brinda experiencia en este proceso sagrado. Ahora, se prepara para emitir nuevamente su voto en una decisión histórica que definirá el rumbo de la Iglesia Católica en los próximos años.
Si bien la posibilidad de que un mexicano se convierta en Papa sigue siendo remota, el hecho de que el país tenga representación en el cónclave subraya su relevancia dentro del mundo católico, especialmente en América Latina, una de las regiones con mayor número de fieles en el planeta.
La participación de Aguiar Retes y Robles Ortega en la elección del nuevo líder espiritual del catolicismo refuerza el papel de México como una voz presente en el Vaticano. Aunque no se espera un pontífice mexicano, la presencia de estos dos cardenales garantiza que las preocupaciones, visiones y prioridades de la Iglesia en el país estarán representadas en la elección del sucesor de Francisco.
Mientras el mundo espera por la "fumata blanca" que anuncie al nuevo Papa, México ya tiene asegurada su silla —y su voto— en el corazón de la Iglesia Católica.
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